
El estilo Luis XVI en Francia, Hermann Schmitz
Texto
HACIA el año 1765 (a poco de terminar la guerra de los siete años) las formas curvadas y los movidos adornos de los muebles parisienses de estilo Luis XV toman un aspecto más reposado, y son poco después sustituidos por muebles de contornos y divisiones rectilíneos. Así comienza el estilo Luis XVI, que llega a su mayor esplendor en el reinado de este monarca (1774-1789). El rasgo característico de los muebles de este estilo es su estructura constructiva, con apoyos verticales perfectamente definidos y molduras horizontales. Al paso que en una cómoda, en una mesa de despacho o en un sillón Luis XV las patas son curvadas y su enlace con el cuerpo del mueble se disimula, en cierto modo, por continuación de la curvatura en el faldón del mueble, de suerte que éste parezca modelado plásticamente en una pieza, el ebanista del estilo Luis XVI tiene interés en que los sostenes se diferencien claramente en su función de tales. Son de sección cuadrada o circular, estrechados hacia abajo; están caracterizados por arriba como sustentáculos del mueble por una cornisa, un capitel o una pieza cuadrangular y terminan en pies separados, que expresan su firmeza. Estrías y acanaladuras acentúan el efecto vertical del fuste. Esta idea se aplica también a las pilastras y los recuadros; por doquier reina el ángulo recto. En los frentes de los escritorios y cómodas se construyen los recuadros de los paneles y de los cajones en forma rectangular o cuadrada. Esta transformación del gusto está relacionada con el retorno de la arquitectura y de la decoración mural a las leyes constructivas de los clásicos, y con la tendencia a volver, del pintoresco y movido rococó, a una estructura lineal más sobria. De aquí su nombre de neoclasicismo. En sus primeros tiempos, el estilo neoclásico está aún muy relacionado, en su sensibilidad y su técnica, con el estilo Luis XV. Hasta fines del siglo XVIII, el arte del mueble sigue enlazado a la mejor tradición artística de la generación anterior.
La transición del último rococó al estilo Luis XVI está representada, mejor que en ninguna otra parte, en las primeras obras de Riesener construidas hacia 1770. Los «bureau» de caoba con tapa cilíndrica y las cómodas con marquetería, de esta primera manera de Riesener, tienen aún las patas y los faldones ligeramente arqueados, como puede verse en el famoso «bureau du Roi», que comenzó Oeben en 1760 y continuó a la muerte de éste su sucesor Riesener, quien lo terminó en 1769. También en las aplicaciones de bronce de los ángulos y en las patas de este mueble se observan las líneas curvas y el movimiento plástico de la última época del estilo Luis XV, si bien ya atenuados. Las superficies planas o muy ligeramente curvadas de los cuerpos de los muebles y algunos recuadros y frisos rectilíneos, como también las cintas retorcidas («torsades»), indican un apartamiento de las tendencias del estilo Luis XV. Al subir al trono Luis XVI, ya se han generalizado los principios del nuevo estilo, en el cual son característicos los muebles de la segunda manera de Riesener. Las cómodas, las mesas de despacho, los «bureaux» de señora y los «secrétaires» están limitados por superficies planas, con cornisas, recuadros y patas rectilíneos. Las aplicaciones de bronce quedan reducidas a los sostenes, las divisiones y los recuadros, e imitan en sus perfiles a los modelos clásicos. Los meandros, las guirnaldas de flores, los ramos de laurel, las hojas de acanto, los lazos y las rosetas constituyen la base de la ornamentación. En las piezas de más lujo son frecuentes las placas cuadradas u ovales en relieve, de bronce dorado a fuego, en el centro de los paneles, suspendidas de lazos. El chapeado más importante es el de caoba, muchas veces con marquetería de rosa, tulipán y maderas finas exóticas, sobre todo en dibujos de cuadrados y rombos. Los bordes suelen estar chapeados de maderas más oscuras: tuya, palo santo y ébano. Los muebles de Riesener se distinguen por su marquetería de flores en madera claras y oscuras. También se construyeron en el estilo Luis XVI muebles con laca negra y dorada y bronces dorados.
Los delicados muebles de señora llevan en la última época de este estilo placas de porcelana de Sevres en colores, relieves de bizcocho de la misma fábrica, blancos sobre fondo azul, o de porcelana de Wedgwood. Por otra parte, al final del estilo Luis XVI, se vuelve a la marquetería de Boulle en concha y latón, con chapeado de ébano, en las cómodas, armarios de consola y credencias de lujo. Muchas veces es difícil distinguir si un mueble de estilo Boulle es Luis XV o Luis XVI.
Por sus contornos rectilíneos y sus bronces imitados de los clásicos, el estilo Luis XVI se aproxima mucho al estilo Luis XIV. Lo mismo que con respecto a la época anterior, nos es imposible, en lo que se refiere a ésta, entrar en pormenores sobre los rasgos personales de cada artista, pues el número de éstos llega a ser mayor que nunca. Al lado de Riesener, los más famosos son Benemann, Leleu, Roussel, Weissweiler, Dubois, Schwerdfeger, Boudin y Jakob; el último de los cuales penetra mucho en la época siguiente. Los maestros eran a la vez propietarios de grandes industrias de muebles y decoración. Las estampillas que se ven en los muebles no siempre indican quién los construyó; a veces están puestas por los industriales, en muebles construidos por otros. Como fundidor de bronce, brilló en los últimos tiempos del estilo Luis XVI Gouthiere. En la escultura de adorno, es Clodion el que traza el camino.
Por entonces se crean numerosos y múltiples muebles de delicadas proporciones para los gabinetes de las señoras elegantes, al frente de las cuales figura la reina Maria Antonieta. El más importante es el «secrétaire» de tipo alargado en sentido vertical y forma cuadrangular. La cómoda recibe como aditamentos estanterías laterales redondeadas. La mesa de escribir para señora llamada «bonheur de jour» se construye de forma rectangular, muchas veces con imitación de lomos de libro.
La máxima delicadeza se manifiesta en los pequeños costureros redondos, generalmente de tres pies, con tablas entre ellos. También son corrientes las mesas con estantes superpuestos. Las mesas y los muebles de asiento se combinan con los revestimientos murales. La ornamentación en talla de bajo relieve (hojas de acanto, ovas, etc.) es dorada o pintada de laca blanca. Esos muebles están guarnecidos de tapices de los Gobelinos o de Beauvais, o bien de seda bordada, con dibujos de flores y follaje.